No es que sea un Parador con mucho encanto pero son de esos con mil recovecos, muy amplio y que me encanta recorrer cada uno de sus rincones.

El bar que da tanto al patio como zona interior y además en la terraza exterior junto al jardín es un lugar donde tomar algo contemplando cada detalle y en verano a la sombra, donde el patio se cubre para dar un respiro.

El jardín aunque pequeño es muy coqueto teniendo la piscina a un lado, justo bajo unas habitaciones lo que resta intimidad a los bañistas.

Una de las grandes joyas de este Parador es la iglesia convertida en un majestuoso salón con zonas separadas que da pie a la lectura, una charla o simplemente admirar lo que fue y lo que ahora es.

Ficha

Descripción del Parador

¿Quién no ha oído hablar del Teatro Romano de Mérida, o de su Circo Romano? ¿A quién no le han afirmado que merece la pena visitar esta bella ciudad, a la que algunos llaman la Roma española? En Mérida te espera un magnífico Parador situado en pleno centro, que brinda la oportunidad de conocer la riqueza patrimonial de la ciudad olvidándose del coche. El hotel es un antiguo Convento del siglo XVIII construido sobre los restos de un templo dedicado a la Concordia de Augusto. Este es un lugar donde la combinación de tradición, comodidad y buen servicio es perfecta, y desde el que podrás descubrir la Mérida romana, visigoda y árabe, pero también la ciudad moderna y contemporánea.

La apretada historia del edificio que hoy alberga el Parador de Mérida ha pasado por diferentes utilidades, entre ellas hospital, manicomio y hasta cárcel. Hoy sigue albergando restos históricos datados hace 2000 años. El claustro interior y los hermosos jardines donde se ha instalado el Jardín de Antigüedades, conjunto arqueológico formado por elementos mudéjares, romanos y visigóticos, son lugares realmente fascinantes. El Parador reposa en una plaza tranquila, coloreada de naranjos, a cinco minutos del Teatro Romano, el príncipe de los monumentos emeritenses que cuenta con un escenario increíble donde todavía se realizan actuaciones.

El Anfiteatro, donde se celebraron juegos de gladiadores, cacerías de fieras y lucha entre animales salvajes sobre las grandes tarimas de madera que formaban la arena; el Circo romano, uno de los mejor conservados y más grandiosos del Imperio el acueducto de los milagros; el puente romano; o el templo de Diana son también visitas imprescindibles.

En esta ciudad rebosante de huellas del pasado, que inspira calma y quietud y guarda secretos como el bello atardecer sobre las aguas del río Guadiana, todo puede ser perfecto.

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