El castillo de Neuschwanstein (nombre que en alemán quiere decir “nuevo cisne de piedra”) es una de las edificaciones neoclásicas más conocidas y valoradas del mundo, así como uno de los destinos turísticos más populares del país. Su extraordinaria belleza y armonía en la edificación se debe a que no fue concebido como fortaleza, aunque por su enclave así lo parezca, sino a que nació directamente de la fantasía.

Neuschwanstein fue ordenado construir por Luis II de Baviera, conocido como Ludwing el loco, en 1866, y en origen fue bautizado como Nuevo Hohenschwangau, en honor al lugar donde el rey pasó gran parte de su infancia, pero el nombre le fue cambiado tras la muerte del monarca.

Esta bella edificación fue el elegida por Disney como modelo para el castillo de La bella durmiente en 1959, y quedó como logotipo de la factoría. Tanto es así que existe una réplica en Eurodisney de este fantástico palacio. Además, fue uno de los 21 monumentos finalistas en la elección de las “7 nuevas maravillas del mundo” junto a la Estatua de la Libertad, la Gran Muralla China, la Alhambra de Granada o el Coliseo de Roma, entre otros.

Neuschwanstein tiene 360 habitaciones, aunque sólo 14 de ellas están completamente acabadas, pues la muerte del rey en circunstancias misteriosas paralizó su decoración, pero las estancias finalizadas se encuentran lujosamente decoradas y el interior del castillo cuenta con las más avanzadas técnicas de la época, como una cocina que aprovechaba el calor de acuerdo a las reglas elaboradas por Leonardo da Vinci.

Puedes observarlo desde el Google Earth en las siguientes coordenadas: 47° 33′ 16.00″, +10° 44′ 10.00″E

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